En un nivel muy simplificado, un sitio web necesita de dos cosas:
1.- Un servicio de alojamiento (hosting) donde se guardarán los archivos que compondrán su web y gracias al cuál cualquiera con acceso a internet podrá ver su sitio.
2.- Un nombre de dominio que le permitirá tener un nombre de enlace amigable para sus visitantes (por ejemplo, www.suempresa.com).
Aunque cada diseñador y empresa lo puede manejar de forma ligeramente diferente, el proceso sigue casi siempre las siguientes pautas...
En principio, se requiere tener una estrategia muy clara sobre que necesita usted o su empresa. La entrevista entre quién va a diseñar el sitio y quién lo requiere es fundamental, pues ahorrará mucho tiempo y dinero a ambas partes. Es aconsejable tener pocas entrevistas, pero que estas sean de calidad. Pueden o no ser online.
Tras esto quién desarrolle su sitio requerirá de imagenes y texto que le ayuden a desarrollar esa estrategia. Esta parte depende enteramente del cliente, y suele ser el motivo por el que el inicio de un proyecto se pospone por semanas. Se puede optar por proporcionarlas él mismo, o bien, pedirle al diseñador web (con un costo extra) que las cree por él. Tomar una opción u otra depende de muchos factores.
Al iniciar el proyecto se debe presentar una propuesta preliminar al cliente de como se verá su sitio, será solo una imagen que carezca de movimiento, tras aprobarse un diseño preliminar y dependiendo de lo grande del proyecto se puede crear un prototipo de como se navegaría entre página y página.
Habiendo superado las etapas anteriores se comenzará con la construcción del sitio. El producto final deberá ser casi identico a la propuesta preliminar aprobada, si se han hecho bien los pasos anteriores los cambios (visualmente hablando) deberían ser casi imperceptibles. Cada cambio consumirá más tiempo y dinero, por lo que se deben evitar en la medida de lo posible.
Por último, la etapa de implementación, es donde se lanza el sitio web hacia internet. Se deberá contratar el hosting y el nombre de dominio al que se quiera vincular nuestra web, o bien, si se trata de un rediseño utilizar las que ya tenemos. Se recomienda que esto sea hecho muy entrada la noche si es que se trata de un rediseño.
Hace unos años los profesionales encargados de esto eran conocidos como Diseñadores web, Desarrolladores web ó Web master. Con el pasar del tiempo las tecnologías se han hecho tan sofisticadas que han obligado a estos a especializarse en dos ramas: Frontend y Backend.
Un Frontend es un profesionista encargado del diseño y estructuración del sitio web del lado del cliente. Es decir, de todo aquello que vez a simple vista en tu navegador. Su fuerte es hacer que el diseño de tu web sea agradable y fácil de usar para quién lo visite. Mientras que no es bueno creando programas o acciones complejas de programar (como sistemas donde se almacenen de forma segura los datos de tus clientes).
Se puede decir que el lado opuesto del Frontend es el Backend, aunque también son complemento en proyectos grandes y complejos. Se especializa en aspectos como creación de bases de datos, mantenimiento de servidores, intercambio de información entre usuarios, etc. Si bien un Backend también puede desarrollar un sitio web completo, hay que recordar que su especialización no es lo visual, el cuál también requiere de años de preparación.
La elección de uno u otro especialista dependerá de la intención del proyecto. Si se quiere dar un mayor enfásis al diseño y no se requieren funciones complejas es mejor optar por un Frontend, en caso contrario sería mejor un Backend. Pero como se dijo anteriormente, para proyectos grandes es mejor contar con al menos un Frontend y un Backend.